Sitio: Sinjania
La raya es el signo ortográfico que se usa para señalar cada una de las intervenciones de un diálogo sin mencionar el nombre de la persona o personaje al que corresponde.
En este caso se escribe una raya delante de las palabras que constituyen la intervención.
—¿Qué has hecho esta tarde?
—Nada en especial. He estado viendo la televisión un rato.
También se usa para introducir o encerrar los comentarios o precisiones del narrador a las intervenciones de los personajes. Se coloca una raya delante del comentario del narrador, sin necesidad de cerrarlo con otra, cuando las palabras del personaje no continúan inmediatamente después del comentario.
—Espero que todo salga bien —dijo Azucena con gesto ilusionado.
Se escriben dos rayas una de apertura y una de cierre, cuando las palabras del narrador interrumpen la intervención del personaje y esta continúa inmediatamente después.
—Lo principal es sentirse viva —añadió Pilar—. Afortunada o desafortunada, pero viva.
Tanto en un caso como en otro, si fuese necesario poner detrás de la intervención del narrador un signo de puntuación, una coma o un punto, por ejemplo, se colocará después de sus palabras y tras la raya de cierre (si la hubiese).
—¿Deberíamos hablar con él? —preguntó Juan—. Es el único que no lo sabe.
—Sí —respondió la secretaria—, pero no podemos decir toda la verdad.
Por último, la raya debe escribirse pegada a la palabra o signo de puntuación (como coma, punto, dos puntos, etc.) que lo anteceda o lo siga, sin dejar ningún espacio entre ambos.
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